martes, 23 de noviembre de 2010

Paseando un poco por Internet, buscando información en enciclopedias, trabajos realizados sobre el tema y algunos estudios, he aprendido ya algunas características de este trastorno acerca de las que no tenía idea.
Dejando a un lado, para escribir más adelante, estas características y la enorme diferencia entre las muchas personalidades de los niños autistas, considero esencial una breve explicación acerca de dicho trastorno.


El autismo es un trastorno del desarrollo, permanente y profundo. Afecta a la comunicación y reciprocidad emocional, entre otras.
Los niños autistas destacan por su incapacidad de interacción con el resto, por su aislamiento y, en ocasiones, por movimientos involuntarios de alguna extremidad.
En el caso de los bebés, el trastorno es apreciable cuando el pequeño no se comunica (a su modo) con la otra persona, cuando no existe reciprocidad.
No echarse a las manos de su padre o madre, no seguir sus voces o miradas puede ser un modo de descubrir que el pequeño sufre este trastorno; cuando, con el paso del tiempo, su actitud sigue sin alteración, con dificultades de interacción con el exterior.

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